Cuando llegué estaban poniendo la mesa para cenar. Seguí el aroma del cordero asado hasta el salón. Papá apagaba el televisor y se levantaba del sofá rumbo a tomar su sitio presidencial en la mesa. Mi hermana colocaba los platos mientras mamá iba disponiendo en el centro de la mesa el jugoso manjar. Tomo mi sitio y observo que no me han puesto plato, ni copa, pego un golpe en la mesa que provoca que esta tiemble y todos se queden en silencio.
Que no me veáis no significa que no esté, ¡quiero comer!
Utilizamos cookies para asegurar que damos la mejor experiencia al usuario en nuestra web. Si sigues utilizando este sitio asumiremos que estás de acuerdo.Qué remedio…